Una de las características (y errores) mas comunes en las organizaciones que se rigen por los modelos clásicos del management -o de aquellas que ni siquiera saben lo que es el management- es creer que el rendimiento de cualquier organización depende exclusivamente de las personas.
Es una idea que proviene de la ideología neoliberal que cree que el desarrollo humano se consigue en base a la competición entre las personas, en la victoria y supremacía de “los mejores”. De ahí nace lo que hoy en día está tan de moda: el talento. Incluso hay quien aboga por “la gestión del talento” o por “la marca personal”. Lamentablemente, a estas alturas, todos sabemos donde nos están llevando estas ideas.
Una de los ejemplos mas relevante es que quizás el de una de las empresas “caza-talentos” española de mas prestigio, y que mas aboga por estos principios, que fichó a una de las personas mas “talentosas” de España: Esperanza Aguirre, responsable de haber arruinado la sanidad en la Comunidad autónoma de Madrid cuando fue su presidenta y de haber desmantelado el Hospital Carlos III de Madrid, que era un referente europeo en el tratamiento de enfermedades contagiosas como el ébola, cuyas trágicas consecuencias estamos viviendo hoy.
Bajo estas ideas, cuando las cosas van bien los méritos son de los líderes, los que instalados en sus poltronas, deciden “la estrategia” y manejan los dineros. En cambio cuando las cosas van mal la culpa es siempre de los empleados o de los mandos intermedios; estos vagos e incompetentes.
Uno de los grandes expertos en organizaciones y en management de todos los tiempos, W. Edwards Deming decía que el rendimiento de una organización depende en un 95% del sistema, entendido como el conjunto de normas, políticas, procesos, tecnología, diseño del trabajo, etc.., y que sólo el 5% era atribuible a las personas. Basados en esta idea la obligación de un líder es mejorar el sistema para conseguir un mejor rendimiento.
En España, desde que estamos gobernados por los principios mas estrictamente neoliberales, estamos viendo numerosos ejemplos de este error. Vamos a exponer algunos:
El contagio de Ébola por parte de una enfermera.
Según se ha sabido el hospital de Madrid donde fue trasladad lels enfermo de Ébola triado a España no reunía las condiciones necesarias para atender a este tipo de enfermos. Así pues la causa raíz del contagio de la enfermera fue debida a un sistema que no está diseñado para el tratamiento sin riesgos de un paciente de estas características. Es mas, los propios trabajadores del centro denunciaron la falta de formación para tratar a enfermos de Ébola Es evidente pues que el sistema,no estaba preparado, pues sus empelados carecían de la formación necesaria.
A pesar de ello se culpó de una forma vergonzosa a la enfermera cuando estaba al borde de la muerte
La responsabilidad de garantizar que un sistema es capaz de atender una determinada demanda (en este caso un enfermo de Ébola) es de las personas que tienen la capacidad y la obligación de gestionar y mejorar el sistema, nunca de un empleado que no tiene esa capacidad.
El accidente del Alvia en A Coruña
Después del trágico accidente del tren Alvia en A Coruña los responsables de Adif y Renfe se apresuraron a culpar al conductor del tren. Como hemos sabido en investigaciones posteriores la causa determinante del accidente, fue debida a una falta de atención del maquinista, sin embargo este hecho no hubiera tenido ninguna consecuencia si el sistema de seguridad ERTMS que estaba instalado hubiera estado en funcionamiento. Como bien explica este artículo las causas de que no estuviera instalado ni este ni otro tipo de dispositivo de seguridad fue debido a la pésima gestión de sistema ferroviario por parte de Adif y de Renfe. Una vez mas los responsables de que un sistema cumpla con su propósito echaron la culpa al conductor.
Hundimiento del Prestige
El sistema de transporte de petróleo es un sistema poco regulado y en el que los grandes magnates de esta industria hacen grandes fortunas.
El Prestige era un barco de un solo casco, viejo y obsoleto. Ello no obvió que ‘Crown Resources’ una empresa suiza entre cuyos accionistas está Vladimir Putin lo contratara para transportar su petróleo, a pesar de los riesgos que suponía, con el fin de conseguir maximizar sus beneficios.
Cuando el barco naufragó frente a las costas de Galicia, fueron culpados la tripulación y concretamente su capitán, un pobre marinero al que contrataron sin tener ninguna experiencia en transporte de crudos.
La culpa de la gran marea negra, el peor desastre ecológico de Europa no fue de la tripulación sino de un sistema que, con el fin de conseguir los máximos beneficios, permite que empresarios sin escrúpulos puedan contratar barcos que no reunen las condiciones. Un sistema de control que falla en beneficios de unos pocos.
La lista podría ser muy larga y denota el grave problema que sufren empresas y organizaciones en las que predomina la mentalidad neoliberal cuyo error es no reconocer que son los sistemas los que determinan los resultados y los rendimientos. Culpar a las personas que no tienen ninguna capacidad de gestionarlos ni mejorarlos, a parte de perverso, es totalmente inútil. Nunca ayudará a crear conocimiento interno ni a solucionar los problemas
Me ha gustado pero me chocan los conceptos: neoliberales que confían más en las personas (aunque sea compitiendo) que en los sistemas, y organizaciones que están equivocadas por creer más en las personas que en los sistemas.
No se, seguramente debería de leer a Deming, pero si pienso en empresas de servicios, por ejemplo, me cuesta entender que sólo un 5% de su éxito se deba a las personas.
Hola Pedro.
Muchas gracias por leer y comentar en el blog. Si, es cierto que en empresas de servicios se hace mas dificil entender la regla del 95/5.
He trabajado muchos años en empresas de servicios y ahora en Vanguard Consulting solo hacemos interveciones en este tipo de empresas. Así pues creo tener conocimientos del tema. Por nuestra experiencia y según estudios llevados a cabo por Peter Senge, Chris Argyris, Peter Schols y otros, el comportamiento de las personas en una organización (sea de servicios o de producción ) está condicionado por el sistema en el que trabajan. Y mucho mas en compañias de servicios. Uno de nuestros últimas intervenciones fue en Aviva y te puedo asegurar que durante toda la intervención que duró mas de dos años, lo único que hicimos para conseguir una mejora espectacular de las ventas, una reducción drástica de los compaints y aumento de la satisfacción del cliente fue ayudar a las personas a analizar y mejorar el trabajo que hacen cada día, es decir el sistema. No hicimos ni un solo training, no coaching, ni evaluaciones del rendimiento, no jornadas outdoor de motivación. Lo que hicimos fue precisamente eliminarlas. Si visitas http://vanguard-spain.com/ en casos de estudio puedes ver un video en el que los propios trabajadores explican su experiencia
Saludos cordiales.
JM
Hola!
Esto me recuerda al «error fundamental de atribución» que podemos cometer cuando analizamos las conductas observadas en unas personas: prestar demasiada atención a las características psicológicas de esa personas y muy poca atención a los profundas efectos que el entorno social causa en lo que son y hacen.
Esto tiene implicaciones políticas: cuanto más nos enfocamos en las personas en cuestión, menos cuestionamos las instituciones y políticas que les rodean.
De hecho, cuando tratamos de explicar el bajo rendimiento escolar tendemos a concluir que los alumnos son el problema. Y lo mismo hacemos con las empresas (privadas o públicas) como tú bien explicas.
Slds, Vicente
Fuente: http://nuevosistemaeducativo.blogspot.com.es/2014/10/los-alumnos-esta-bien-disenados-pero-su.html
[…] públicas no se dejarán de utilizar. La solución siempre será aumentar las inspecciones y culpar a alguien, pues los que ostentan el poder nunca aceptaran no sólo que puedes estar equivocados, sino que […]